Enfrertarte cada día a un jefe que no escucha, a su incapacidad para aportar valor a la compañía y a su equipo, al mal reparto de los incentivos económicos o al tiempo que dedicamos a formar talento joven para que luego lo dejen ir por carecer de un proyecto. Son situaciones que producen un desgaste y una apatía insufrible, más aún, si sientes que tu trabajo no es valorado o te sientes explotado.
A todo lo anteriormente expuesto se le conoce como “estar quemado”. No es algo nuevo para cientos de trabajadores, un 10% del total según los expertos laborales. La Organización Mundial de la Salud (OMS,) ha admitido que el “síndrome del trabajador quemado” entra por derecho propio en la Clasificación Internacional de Enfermedades. Un paso agigantado que lo reconoce como enfermedad profesional, por lo que las organizaciones deberán de implementar planes de prevención a partir del 1 de enero de 2022. El desgaste laboral abunda en el sector financiero, comercial, sanitario y de atención al cliente.
Aunque no hay cifras de afectados ni bajas laborales, dado que hasta ahora no se consideraba enfermedad, lo cierto es que el síndrome del trabajador quemado es una bomba de relojería. Se diferencia del estrés, causante del 30% de las bajas laborales, porque este “puede llegar a ser beneficioso y te pone las pilas”, explica el doctor especialista en medicina del trabajo Francisco Peñalver, jefe del departamento de seguridad, salud y bienestar de HM Hospitales, España.
Pero cuando el estrés es continuo y se prolonga en el tiempo, añade, se convierte en patología y aparece el burn-out o síndrome del desgaste profesional, que puede tener fatales consecuencias. Así, Peñalver apunta a la prevención y a la formación como las mejores aliadas para ese 49% de trabajadores que en una reciente encuesta de la red social LinkedIn confesaban sentirse “muy estresados”.
Sentir tristeza y acudir al trabajo sin ilusión puede ser un comienzo. Pero para reconocer si se está a las puertas de la “quema”, el especialista apunta unos síntomas: levantarse agotado a pesar de haber dormido o experimentar sentimientos negativos hacia compañeros, clientes o tareas, que se traducen en un bajo rendimiento y escasa concentración para cumplir objetivos. Esos son los claros referentes de esta enfermedad cuyo origen se liga al desempeño laboral.
¿Estás quemado?Identificar si echa humo en el trabajo ayudará a solucionar el problema lo antes posible. Para ello, expertos en la materia identifican cuatro fases.
1. Entusiasmo: en un nuevo puesto de trabajo se genera mucha energía y se dan expectativas positivas. No importa alargar la jornada laboral.
2. Estancamiento: no se cumplen las expectativas profesionales. Hay un desequilibrio entre esfuerzo y recompensa.
3. Frustración: el trabajador se desmotiva y desmoraliza. Pierde la ilusión. Cualquier cosa le irrita y provoca conflictos en el grupo de trabajo.
4. Apatía: cambios de actitud hacia una postura defensiva.
Aquí te presentamos la diferencia entre estar quemado o estresado.
Estresado. Demasiada implicación en los problemas. Hiperactividad emocional. Puede tener efectos positivos en exposiciones moderadas. Agotamiento o falta de energía física.
Quemado. Falta de implicación. Embotamiento emocional. Agotamiento que afecta a la motivación y la energía psíquica. Depresión por pérdida de ideales.
Por: Reiter