Hacia una economía con
rostro humano, una, dos y hasta tres preguntas de fondo recorre esta obra
heterodoxa y no convencional: y acaso ¿Es posible una economía con rostro
humano? Bernardo kliksberg demuestra que es viable y que es la salida real a los
angustiosos problemas de América latina. y es que la política social y
bienestar de la familia en este caso la familia venezolana se encuentra entre
luces y sombras y este maravilloso autor profundiza diez falacias predominantes
sobre el desarrollo social; el análisis e impacto de las severas desigualdades
que caracterizan a las economías mas afectadas dentro y fuera del gasto social;
el reflejo de cómo operan diariamente, en las oscuridades de los sectores de la
salud y la educación; la consecuencia más cruda se ve notoriamente reflejada
por la difícil situación de la familia y por las muertes gratuitas que en
América latina se están produciendo a diario por la agobiante pobreza; mucho de
nosotros, diferentes circunstancias en diferentes sectores del país políticos
empresarios profesionales estudiantes universitarios, en algún momento de
nuestras vidas nos hemos planteado la pregunta que el doctor Bernardo kliksberg se ha planteado en esta
obra ¿por qué un continente potencialmente tan rico genera tanto sufrimiento?,
o tal vez hemos escuchado en algunas conferencias o leído en prensa o tal vez
observado en análisis económicos ¿cómo esto
puede cambiarse? la obra totalmente enriquecida de un dialogo totalmente
economista no agota sus aportes en el cuestionamiento riguroso, tratando de
descubrir, aclarar y explorar soluciones concretas, así como también
presentarnos cifras que aunque forman parte de una segunda edición 2002, nos
muestras una cruda realidad donde se involucra en un primer plano la gerencia social,
capital social, participación comunitaria y una nueva generación de políticas
sociales, la cadena de fortalecimiento que debe existir entre estos elementos
nos llevara a recuperar la capacidad de indignación frente al gran grito de la
explosión de pobreza que una encomia sin cara, sin rostro mortal ha contribuido
a generar
La vigencia de esta obra a
la que hacía referencia en el párrafo anterior la tenemos tan viva tan presente
en la Venezuela de hoy día que la conclusión mayor que tenemos presente en este
tipo de análisis es precisamente una economía desmoralizada, el objetivo
primordial es entonces moralizar y evitar las
injustas consecuencias sociales de la “revolución industrial”. La política
social en América latina se interesó por las condiciones de la clase
trabajadora, identificándose con la política laboral; en consecuencia, el
enfoque se encamina en una primera etapa y así coincido totalmente hacia
una prohibición del trabajo a los
menores de edad,
Así como también salarios más justos y
seguridad en el trabajo. No puedo dejar de mencionar el señalamiento al cual
Bernardo kliksberg hace mención al destacar
que la desigualdad social en la que se debate América latina, es la
mayor del planeta, con el 23.9%, comparada con la del continente africano que
se registra en 10.3%. Enfatizando que la educación y la salud han sido
fuertemente frenadas por las severas inequidades. Si realizamos un estudio
actualizado y pormenorizado encontramos
indicadores que confirman la debilidad en la aplicación de políticas
sociales dirigidas a corregir las desigualdades y la exclusión en Latinoamérica
para ello los gobiernos de turno a lo largo de la historia han dictado leyes y
reglamentos para crear nuevos servicios sociales ofrecidos en campañas
electorales y/o para fortalecer los programas sociales existentes. sin embargo,
la realidad en la que se debate la sociedad venezolana es impresionante, esta
realidad sentida por la sociedad es intolerable, los problemas estructurales
como el desempleo, la pobreza, la inseguridad ciudadana, la corrupción, la baja
calidad de la educación, de la salud, y la migración interna y externa,
demandan políticas sociales que no se circunscriban en sanear únicamente la
pobreza desde una versión de carencias materiales de la familia; sino que
amplié el radio de acción hacia la carencias espirituales, agraviadas por la
pérdida de valores éticos y morales en la sociedad.
Ante este panorama de crisis social y empobrecimiento de
gran parte de la población, le corresponde a la “política social” un papel
clave para contrarrestar las consecuencias negativas que actualmente sufre las
sociedades. Para concebir entonces una “política social”, que responda a los
intereses de todas las familias,
El funcionamiento del
estado se ve afectado por la corrupción, una gran verdad que no puede ser
tapada fácilmente, lo que lleva a considerar que esta sea percibida como un
problema político. se trata de un mal arraigado en la sociedad, que se traduce
en un grave problema con dimensión exageradamente grandes, aún cuando el punto
de partida de la corrupción lo encontramos en lo político, ya que está ligada
al grado de institucionalización del sector público, también presenta un
componente social, es así, como luego de la lectura que confieso tarde cuadro
días en analizarla y realizadas las consideraciones pertinentes, atendiendo al
criterio del autor, observando también las circunstancias de nuestro país, que
cuenta con la corrupción entre sus vicios latentes y crecientes, que impide la
acción efectiva del estado en el cumplimiento de sus fines, considero que el
problema es político, con gran incidencia social. Desde el otro punto de vista,
queda demostrado que valores como la probidad personal y la transparencia de la
actividad gubernamental están asociados a concepciones morales de los pueblos,
y que indicadores como el índice de desarrollo humano nos permiten asociar
mejores condiciones intelectuales de los habitantes de un país, con mayor
transparencia, antes que el excedente de recursos que pudiera representar el
producto interno bruto.
El problema está en que se
ha “maniqueizado el estado”, y esto lo ubica entre las diez falacias sobre los
problemas económicos y sociales de América latina. además de que, como plantea
Bernardo kliksberg “se ha deslegitimado
la acción del estado, ya que se ha asociado la idea de estado con corrupción,
con incapacidad para cumplir eficientemente las funciones más mínimas, con
grandes burocracias, con despilfarro de recursos” y que esta falacia de la maniqueización del
estado lleva a consecuencias muy concretas “al deslegitimar su acción deja
abierto el terreno para su debilitamiento indiscriminado, y la desaparición de
políticas públicas firmes en campos cruciales como los sociales que contribuye
al aumento de la pobreza y de la desigualdad, y limita las posibilidades de un
crecimiento sostenido.
En países como el nuestro
está comprobado que la lucha contra la corrupción no es más efectiva creando
más figuras delictivas ni aumentando las sanciones penales, sino educando a la
población y fomentando valores ciudadanos orientados a preservar la decencia
pública y la moralidad administrativa. Más hacemos en ese sentido creando
conciencia colectiva sobre la importancia de la probidad personal y la
transparencia de la actividad gubernamental, y en esto es muy importante el
papel que debe jugar el sistema educativo.
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