Si los humanos tuviésemos alas…
Desde que vi esta fotografía ando dándole vueltas al concepto de universalidad. Fascinado por esta foto e influido por mis lecturas, sobre todo de autores universales como V.S. Naipul una acumulación de culturas fascinante, Orham Pamuk, un turco que defiende la democracia occidental, Coetzee con esa parte tan sudafricana, tan británico pero también tan australiano o el inglés de origen indio Salman Rushdie (con el que, también les digo, conseguí curar el insomnio que me acechaba en una época) y descubrir que lo más me gusta de todos ellos es su variante cultural que hace no paren de cuestionarse en su obra por el hombre y la colectividad.
Así que es ver esta foto y recordar a estos escritores y venirme a la mente la idea de ¿qué hubiese pasado si los humanos hubiésemos tenido alas como las aves? Quiero creer, en mi ingenuidad, que entonces no existirían fronteras y seríamos más libres, con capacidad de movernos de aquí para allá sin leyes de inmigración.
Y me da por pensar, entonces, que nuestra primera frontera es nuestro propio cuerpo (sin alas) y que de aquí nos viene el mal; incapaces de volar, nos quedamos anclados en nuestras tierras alimentando nuestros traumas, arraigando nuestras costumbres y miedos (cada vez más intransigentes y fanáticos de lo nuestro)
¡Ah! Si tuviésemos alas -sueño-.
Pero yo lo que quería es hablar de esta foto y de esta chica tan universal leyendo el Vogue y luciendo un collar de caracolas. ¿Caracolas?- pienso- ¿con un fondo tan de secano? y me viene a la mente un blog irónicamente llamado África es un país compuesto por escritores, artistas y directores de cine, entre otros, nacido con la intención de desestabilizar las creencias típicas del continente africano que tenemos los occidentales y me doy cuenta que debería leerlo porque quizá que una chica africana lea el Vogue envuelta en un pareo de cuadros (¿escoceses?) y luciendo un collar de caracolas sea lo más normal del mundo en África y la que sufre de absoluta ignorancia soy yo y no sé cuando aprenderé a no hacer juicios, ni morales ni políticos -como dice Gao Xingjian- y quedarme solo con el juicio estético, como estoy seguro que hacen las aves.
Pues eso.
¿No es preciosa esta foto?
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