LAS
EMPRESAS DIGITALES DOMINARÁN EL MERCADO
A pesar de sus múltiples beneficios, la digitalización empresarial
requirió que apareciera un desafío global como la pandemia para forzar a las
industrias a acelerar su transformación tecnológica.
Existe una frase del futurólogo
Salim Ismail que resume lo que sucede hoy en el entorno empresarial: “las
empresas con un modelo del siglo XX están destinadas al fracaso en el siglo
XXI”.
Desde hace más de 10 años me he
dedicado a enseñarle a las empresas la importancia de modificar su modelo de
negocio con un enfoque exponencial que les permita adaptarse a la acelerada
transformación tecnológica. Desafortunadamente, muchas empresas se resistieron
a hacerlo y, el día de hoy, están viviendo las consecuencias.
La
Covid-19 fue el fenómeno que vino a acelerar la transformación del mundo físico
por uno digital. Todas las industrias se han visto forzadas a digitalizarse
para seguir operando en la nueva normalidad, que requiere del menor contacto
físico posible.
Esta
transformación se aceleró exponencialmente en los últimos 20 años. Tan sólo las
empresas del índice S&P500 tienen el 90% de su valor en activos
intangibles, esto quiere decir que activos tangibles como terrenos, edificios e
inventarios han dejado de representar una parte importante del valor de una
empresa y ha pasado a activos intangibles como datos, patentes y softwares.
Alquilar,
compartir o aprovechar activos de terceros en lugar de comprarlos ha permitido
a las organizaciones escalar fácilmente, pues el gasto que representaba
adquirir, conservar y administrar dichos activos tangibles se reduce
considerablemente.
Airbnb y
Uber son empresas que capitalizan el bien de un tercero al servir de enlace con
el consumidor, es decir, no necesitan poseer un sólo edificio, automóvil u
hotel para generar ingresos. Aunque la crisis por la pandemia repercutió en
ellas por el tipo de industria a la que sirven (turismo y transporte), la
realidad es que estas empresas pudieron evitar una caída mucho más profunda al
no poseer ningún activo.
El confinamiento provocó que las empresas se replanteen la vieja
práctica de contar con activos tangibles como oficinas e inventarios y, en
cambio, buscar alternativas para que su equipo opere de forma remota, sin
importar donde se encuentre.
Otro
activo de gran valor, conocido hoy como “el nuevo petróleo” son los datos. Su
valor es tan grande que le ha permitido a compañías como Facebook, Google,
Netflix valer miles de millones de dólares en tan sólo una fracción de tiempo
—en comparación a otras empresas del mismo tamaño.
La mejor
parte de los datos es que no necesitas ser una gran empresa para aprovecharlos
y obtener grandes resultados. Cualquiera puede acceder a ellos y estos pueden
funcionar igual de bien para una startup, una empresa mediana o empresas de
alta tecnología y utilizarlos para una mejor toma de decisiones estratégicas
que permitan dominar e innovar en el mercado.
El
confinamiento nos demostró que el mejor negocio es el que puedas hacer desde
cualquier parte del mundo con un modelo digital que te dé un ingreso
recurrente. La mayoría de lo que nos enseñaron en las escuelas de negocios con
modelos obsoletos del Siglo XX sobre precios, ganancias, políticas ya no es
válido en un mundo de transformación tecnológica sin precedentes que jamás
volverá a lo que era.
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