Una de las prácticas gerenciales
en el mundo de las organizaciones consiste en estar atentos de cuándo generar
estrategias para contrarrestar una situación de riesgos alto, enfrentar ciertas
crisis, liderar en el mercado o en otros casos para prevenir y/o hacer que
ocurran sucesos que permitan una mayor diferenciación, rentabilidad,
permanencia y crecimiento. La estrategia debe partir de la realidad interna de
la organización para que su aplicación produzca el resultado positivo esperado.
Hay directores que por estar preocupados por la situación de la empresa, buscan
con afanes estrategias internacionales y con resultados excelentes en otros
países llevando a la Compañía a una serie de experimentos y reacciones de
desconfianza en su personal.
Esto es muy notorio en las entidades
gubernamentales-. No quiero decir con esto, que los aportes de otras naciones
no sean importantes y valederos, al contrario, creo que han contribuido al
desarrollo Empresarial latinoamericano, pero si es interesante empezar a creer
más en el personal valioso que tienen las organizaciones para que a partir de
un diagnóstico certero se abra la posibilidad a la creatividad y a la
innovación factores esenciales en el mundo globalizado.
Esto es o será posible,
en la medida en que se piense en el valor del ser humano como tal. Dependiendo
de su concepción, así va a ser su trato y su credibilidad. De ahí que los
directivos, gerentes, jefes y todos aquellos que están en una posición de
liderazgo, deben tener una visión de empresa teniendo en cuenta el poder y
precio del personal que ocupa sus entidades para obtener de ellos los mejores
esfuerzos y las más grandes estrategias. Existen grandes ejemplos de éxito
notorio y rotundo donde el grupo de personas involucradas dentro de una
organización lograron la victoria en batallas y ante situaciones difíciles.
Esas grandes empresas a partir del trabajo en equipo y contando con su gente
han logrado el éxito, el crecimiento y la rentabilidad planeada de acuerdo a:
1. El
trabajo en equipo. Cada una aporta lo que mejor sabe hacer.
2. Compromiso
del mismo grupo a la hora de desarrollar su parte del proyecto y su gran
capacidad para el trabajo común.
3. Delimitación
de las responsabilidades en el desarrollo conjunto.
4. Un
equipo de alto desempeño goza de autonomía en muchas de las decisiones de la
empresa, sin dejar de lado la supervisión y control que debe existir en todo
proceso, permitiendo, luego, el poder aprovechar también, todas las acciones
positivas con los clientes no solo internos sino externos.
5. Un
sistema abierto, sistémico que permite que los proveedores puedan participar en
el desarrollo de nuevos productos.
6. Aunque
se tiene una visión firme e interiorizada como unos objetivos claros,
realizables y que pueden se medidas todos los equipos de trabajo, tienen su propia
diferenciación y desempeño presentando un nuevo estilo.
En última instancia, la estrategia
que emerge desde la propia realidad empresarial, teniendo de presente objetivos
claros, principios y valores definidos es apropiada y de gran resultado cuando
está en manos de equipos de alto desempeño. Equipos que han sido formados y
desarrolladas a través del mismo compromiso empresarial gracias a directivos
líderes los cuales son los primeros en dar marcha adelante.
Fuente:
Máster
Internacional en Alta Dirección General y Gerencia Estratégica
Empresarial. (CENTRO UNESCO/INSTITUTO
INTERNACIONAL DE ESTUDIOS GLOBALES PARA EL DESARROLLO HUMANO)
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