sábado, 16 de diciembre de 2017

Disonancia Cognitiva

El psicólogo Leon Festinger propuso la teoría de la disonancia cognitiva, que explica cómo las personas intentan mantener su consistencia interna. Sugirió que los individuos tienen una fuerte necesidad interior que les empuja a asegurarse de que sus creencias, actitudes y su conducta son coherentes entre sí. Cuando existe inconsistencia entre éstas, el conflicto conduce a la falta de armonía, algo que la gente se esfuerza por evitar.

Esta teoría ha sido ampliamente estudiada en el campo de la psicología y puede definirse como la incomodidad, tensión o ansiedad que experimentan los individuos cuando sus creencias o actitudes entran en conflicto con lo que hacen. Este displacer puede llevar a un intento de cambio de la conducta o a defender sus creencias o actitudes (incluso llegando al autoengaño) para reducir el malestar que producen.

Festinger fue el autor de “Theory of Cognitive Dissonance" (1957), una obra que revolucionó el campo de la psicología social, y que se ha utilizado en distintas en áreas, como la motivación, la dinámica de grupos, el estudio del cambio de actitudes y la toma de decisiones.

Planteamiento central: La existencia de cogniciones que no son coherentes entre si produce en la persona un estado psicológico de incoherencia que es incomodo y que la persona se esforzara en paliar intentando hacer esas cogniciones más coherentes.

Fundamentos de la Teoría

Cognición: Conocimiento que la persona tiene sobre sí misma, sobre su conducta manifiesta o sobre su entorno. Son creencias que la persona experimenta como reales (no necesariamente lo son), y que pueden referirse a una realidad física, psicológica o social: De ahí deducimos la importancia de la conducta que la persona ha realizado, como elemento del que no se puede negarse su realidad.

Según esto, las opiniones que una persona sostiene (a no ser cosas incuestionablemente reales), no serían elementos de conocimiento según ésta conceptualización que Festinger hace de la cognición.

Festinger, sustituye el concepto de inconsistencia por el de disonancia (debe entenderse como un factor emocional y no cognitivo). La disonancia tiene un componente de activación fisiológica que produce sensaciones desagradables: motiva el cambio para buscar la coherencia ó reducción de la disonancia.

Entre dos elementos de conocimiento, pueden existir 3 tipos de relaciones:

  1. Irrelevantes: no tienen nada que ver uno con otro.
  2. Relevantes: importantes el uno para el otro. Serán disonantes cuando uno es contradictorio o incoherente con el otro (A no supone siempre B).
  3. Consonantes: Cuando, considerados aisladamente, de uno de ellos se puede inferir el otro.

A veces, la disonancia entre elementos, proviene de las normas sociales pueden ser incoherentes en una cultura y no en otra.

La disonancia también puede surgir cuando hay incoherencia entre una actitud general y otra más concreta, que se supone que es característica fundamental de la actitud general (ser ecologista y contaminar).

No es la incoherencia entre cogniciones lo que va a motivar el cambio sino el malestar psicológico que se vive como tensión.
No se busca la consistencia cognitiva sino la recuperación del bienestar psicológico.

Magnitud de la disonancia

La elección entre 2 alternativas factibles pero excluyentes, es una de las situaciones en las que siempre aparece disonancia: Cada vez que una persona decide entre conductas alternativas, existen cogniciones que justificarían el haber hecho lo contrario: aparece la disonancia.

El grado de disonancia que una persona experimenta depende de:

  1. La importancia de los elementos cognitivos para la persona. La disonancia aumenta según aumenta la importancia que concedemos a los elementos disonantes (Una persona que aprecie el orden, experimentará disonancia si no ordena su cuarto).
  2. La proporción de elementos cognitivos disonantes en relación con los consonantes: A mayor proporción de elementos disonantes mayor consonancia.
Estos dos factores hay que considerarlos conjuntamente:

D = Cd / (Cd + Cc)

D : magnitud de la disonancia producida por la conducta.
Cd: importancia de las cogniciones disonantes con realizar esa conducta.
Cc: importancia de las cogniciones consonantes con realizarla.

Reducción de la disonancia

La motivación para reducir la disonancia depende del grado o intensidad con la que se manifiesta: Cuanto mayor sea la experiencia de inquietud psicológica, mayor será el interés por restablecer el equilibrio.
Una vez que el sujeto se decide por una conducta que es disonante con su actitud, existen 4 alternativas para reducir la disonancia, entre las que se escogerá la que reduzca la disonancia de modo más fácil y eficaz:

  • a) Cambiar uno de los elementos de forma que sean más coherentes entre sí (retractarse de la conducta o modificar sus creencias o actitudes). Rara vez se cambia el elemento conductual (no siempre es posible). Lo mas sencillo es cambiar el elemento cognitivo.
  • b) Cambiar la importancia de los elementos (considerar que son más importantes aquellas creencias que apoyan la conducta elegida).
  • c) Añadir nuevos elementos cognitivos consonantes con su conducta.
  • d) Reducir la inquietud recurriendo a tranquilizantes (actuando pues sobre aspectos fisiológicos).
Evidencia empírica

Se puede realizar la medida de la activación fisiológica mediante electrodos colocados en la piel. Estas investigaciones han confirmado que: la discrepancia entre la conducta realizada y la actitud produce excitación psicológica que, solo se vive como desagradable si se atribuye a la discrepancia entre la conducta y la actitud, no si se atribuye a causas externas (pastilla estimulante o condiciones ambientales estresantes).

Si no se tiene la oportunidad de cambiar la actitud, los sentimientos desagradables permanecen.


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